El guardián del bosque

Había una vez un prado muy amplio que hace tiempo abundaban los árboles y era un bosque muy tranquilo como cualquier otro bosque de cuento, como el de caperucita roja o de los siete enanos, pero no, Este ya no era así. Había sido talado por unos monstruos come bosques, eso contaba el gran búho, ave muy anciana habitando los pocos árboles que quedaron.

De entre muchos animales hay uno muy especial por su gran tamaño y su forma de ser. Un lindo conejo gris con ojos azules en su edad madura (para la edad conejil alrededor de un año y medio de los humano) con una particularidad muy especial; es muy gruñón, por esto no quería que nadie le dirigiera la palabra, ni se atreviera a verlo a los ojos sin que nadie sepa el motivo, ya que apareció cuando era un pequeño conejito, sin nadie más.

Todos los días el conejo siempre sale saltando a recorrer la pradera en busca de alimento y alejar a los monstruos come bosques que se acercan, seres que tienen dos pies, un solo ojo y tres brazos, uno de los cuales se desprende horriblemente de su cuerpo, para volver a ponerlo en otro brazo volviéndolo más largo para recoger su alimento – los árboles.

Era un día de verano en el que llegó una mariposa procedente más allá de las montañas que rodean a la pradera, una pequeña y linda mariposa de color morado iridiscente, ella una aventurera porque le gusta descubrir nuevos lugares, su nombre es Mari Posada Viajera.

Cansada de volar se posa en un girasol y al los pocos segundos empieza a escuchar de cerca una rabieta

-wigruigruigruigui- Decia el conejo

Mari Posada cubierta de su curiosidad, se acerco volando en zig-zag para averiguar su procedencia, en realidad avanzo muy poco y se encontró con un conejo de mal humor ella le pregunto:

Mari Posada – ¿Cómo te llamas?

Soy Don Conejone – Respondió enojadamente como de costumbre

La mariposa se atrevió a preguntar -¿Porque estas enojado?

Don Conejone siempre con su mal humor salio saltando de ahí. La mariposa al no obtener respuesta se fue persiguiéndolo y volvió a preguntar ¿porque estas enojado?

El conejo que nunca nadie le había preguntado el motivo de su enojo, se sorprendió y respondió:

– Los monstruos come arboles se comen nuestros árboles, destruyendo nuestra forma de vida, eliminando los alimentos, nuestros nidos y a nuestra familia, a mi familia sin que les hayamos hecho nada – dijo el conejo.

Mari Posada se conmovió al escuchar lo de su familia y comprendió su enojo. Sin embargo, ella le contesto con una expresión de alegría y esperanza.

Existe un lugar cruzando las montañas repleto de arboles, lleno de vida, repleto de toda clase de animales del bosque con una tribu de conejos igual que él pero en tiernos y simpáticos.

Don Conejone al ir escuchando todo el relato, poco a poco iba cambiando su semblante de enojo a uno de felicidad, asombro y esperanza de conocer a otros como él.

Así que Mari Posada lo guío hasta el lugar prometido, el conejo saltando y la mariposa volando muy cerca del suelo, no tardaron mucho en llegar. Y ahí Don Conejone asombrado por la belleza de aquel lugar juro que ningún leñador, ejem, ejem, monstruo come árboles destruiría ese bosque.

Desde entonces se dice que muchos leñadores han visto a aquel conejo muy furioso protegiendo la zona del bosque.

¿Encontró a su familia Don Conejone? … continuará